Lo puse bien salpimentado en una fuente en la que entraba justo y después de ponerle aceite y un buen chorro de vino blanco, puede servir cerveza también, lo metí al horno precalentado a 180º.
Lo tuve 1 hora, le di la vuelta y lo deje otra media hora, apagué el horno y lo deje un rato dentro del horno apagado.
Lo partí en lonchas más bien delgadas.
Lo serví con puré de patatas y salsa de cebolla.
Estaba buenísimo.
Como cunde bastante, mi hijo se hizo un buen bocadillo para llevar al trabajo, poniendo unas lonchas de carne y unas rodajas de tomate.
Al día siguiente lo puse en frío, lo partí en lonchas finas,
le puse un poco de salsa que había hecho para la barbacoa y lo adorne un poco, queda muy rico en frío también.
Cunde mucho y no da trabajo el hacerlo.
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